Rodando en bicimad
Las ruedas de bicimad presentan una serie de particularidades que determinan su uso, vida útil, funcionalidades y seguridad. Desentrañamos en este post estas características para conocimiento de los usuarios del sistema
Las ruedas de bicimad, así como las de otros muchos sistemas de bicis públicas, cuentan con una característica principal: son macizas. Y este hecho constituye una diferencia fundamental con respecto a los neumáticos tradicionales -los de la industria automovilística, por ejemplo- porque estos últimos están rellenos de aire. Esta diferencia provoca que ambos tipos sigan trayectorias muy distintas en su recorrido vital.
En las ruedas de aire, el dibujo es extremadamente importante porque su desgaste implica que ya se ha ido la primera capa de material y ya no tiene las mismas propiedades de seguridad y de agarre. Como consecuencia de ello, además, aumentan las posibilidades de pinchazo.
En el caso de las ruedas de bicimad, al ser macizas y homogéneas, no de aire, cuando hay desgaste no hay diferencia en las propiedades del material. Es cierto que el impacto visual (la superficie se va aplanando) puede acentuar la percepción de desgaste, pero, a nivel funcional, la rueda está plenamente operativa y no tiene problemas ni de adherencia (grip), ni de conducción ni de seguridad.
Además, esta tipología de ruedas es más sostenible para el planeta ya que, por un lado, no contienen materiales tóxicos (pudiendo tener una segunda vida en, por ejemplo, pavimentos para parques infantiles) y, por otro, su vida útil es significativamente más larga que la de los neumáticos tradicionales, lo que hace que se generen menos residuos (cubiertas, cámaras y fondos de llanta).
Las ruedas de bicimad han sido confeccionadas por el fabricante Tannus y están hechas de un material patentado a nivel mundial llamado Aither. Este material, fabricado a base de polímeros y copolímeros de olefina, contiene microburbujas de aire cerrado (cada rueda cuenta con unos mil millones) que son las encargadas de dotar al neumático de
En lo que respecta a la conducción en superficies mojadas, hay que diferenciar entre aquaplaning y pérdida de grip. El aquaplaning es un efecto que en la bicicleta no existe a diferencia del coche dónde sí puede suceder dadas sus características estructurales. No obstante, esto no significa que no haya riesgo o no se deba aumentar la atención con el suelo mojado. El grip de los neumáticos disminuye en el pavimento mojado dado el efecto que produce el agua al actuar cómo lubricante en superficies secas. Recomendación: adaptar la manera de conducir de seco a mojado, así como a las condiciones del tráfico o del tipo de pavimento.
En cualquier caso, los neumáticos de bicimad cuentan con certificados sobre la seguridad del producto en términos de grip, así como garantías de uso y durabilidad y también han pasado test de estrés máximo en laboratorio.
Finalmente, estas cubiertas, al ser macizas, son también antipinchazos, lo que supone un avance fundamental en los sistemas de bicicletas públicas: además de mejorar el servicio, en términos de seguridad y vandalismo, porque se evitan accidentes por pinchazo, reventón de cámara o ruedas deshinchadas, lo mejora también en términos operacionales, puesto que prescinde de esfuerzos y recursos para cambiar los neumáticos pinchados.